«El mejor Marketing, no parece Marketing» – Tom Fishburne 

Seguramente han comprado algún producto o servicio, que probablemente no ha cumplido sus expectativas o sencillamente no era lo que creyeron inicialmente, y han dicho la frase «ese producto solo es marketing», o como dirían en mi país, «eso es puro marketing», refiriéndose al Marketing como capaz de vender cualquier cosa, incluso si es de mala calidad o de desempeño deficiente. Estas frases a quienes estudiamos, ejercemos o nos apasiona el Marketing nos da escalofríos.

Como refiere el título de este artículo, «El mejor Marketing no parece Marketing», de Tom Fishburne, fundador de Marketoonist y autor del libro «Your Ad Ignored Here: Cartoons from 15 Years of Marketing, Business and Doodling in Meetings», desde el siglo pasado se ha atribuido al Marketing esta capacidad de vender casi cualquier cosa, y asignándole un valor no siempre positivo a ello.

Sin embargo, considero que el Marketing es esa magia sutil que conecta a los consumidores con los productos que necesita y que les aportará una experiencia positiva, que más allá de satisfacer una necesidad como se tenía conceptualizado en el pasado, generará un vínculo con el consumidor al grado de generar «portavoces», más que consumidores.

También es probable que en algún momento, algún producto o servicio les haya satisfecho a tal grado que lo han recomendado con sus familiares y amigos, comúnmente llamado «marketing de boca en boca», y esta es sólo una consecuencia de haber entregado el mensaje correcto a la audiencia objetivo, logrando cumplir o superando sus expectativas.

En el siglo pasado, el Marketing no contaba con las herramientas, la información y los medios con que contamos hoy. La publicidad se desarrollaba con mensaje que se difundían por medios masivos que buscaban, de alguna manera, llegar a la audiencia objetivo. Lo anteriormente expuesto, además de costoso, resultaba poco efectivo si consideramos la inversión frente al retorno. Generaba recordación de marca, la posicionaba en la mente de los consumidores, sin embargo, no estaba, como actualmente lo está, «quirúrgicamente» dirigida a la audiencia objetivo. Además, sólo se podía estimar el impacto de las campañas publicitarias mediante encuestas que representaban una parte del universo total que recibió el mensaje, o por tendencias en las que se refleja el impacto de dichas campañas.

Hoy en día, existen diversas herramientas y medios por los cuales se puede dirigir detalladamente un mensaje a una audiencia específica que pueda tener interés en los productos, y que sobre todo, les informe y aporte valor para que la experiencia en el consumo cumpla o supere sus expectativas.

Adicionalmente, y no menos importante, esta información también nos ayuda a medir qué tan exitosas son las campañas de publicidad, pues nos aportan información precisa y medible sobre el Mapa de experiencia del cliente (Customer Journey Map), desde el primer punto de contacto, la etapa de consideración, hasta la etapa de conversión o momento en que el consumidor decide realizar la compra, su experiencia en el uso, y en productos o servicios que así lo requieran, el servicio post venta.

Como profesionales del Marketing, y personalmente después de haberme dedicado más de 15 años al área comercial, es muy importante encaminar nuestros esfuerzos para darle al Marketing otro enfoque, y que sea percibido de manera positiva, logrando conectar en un nivel más profundo y satisfactorio a las marcas y productos con los consumidores. 

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